jueves, 20 de abril de 2017

RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA

Hoy en día, se espera que la escuela facilite a los alumnos el máximo desarrollo de personalidad, así como una participación activa en la sociedad y una formación en el respeto y libertades y derechos fundamentales democráticos.

Fomentar la educación de los niños en la actualidad, conlleva una participación en la educación escolar. Pero esto, no puede lograrse dejando al margen todo lo que ocurre en ámbito familiar, en los medios de comunicación y la sociedad. Todos sabemos, que la educación es un pilar fundamental para el progreso de la sociedad y un elemento clave es actuar a través de la participación.

En mi opinión, la acción educativa a veces resulta no ser suficiente para satisfacer las necesidades educativas de los alumnos y para ello es necesario una complementación por parte de las familias para que potencien el pleno desarrollo de la personalidad del niño, pues son los padres y madres de los niños los que participan en su educación de manera informal o formal, inculcándoles valores, actitudes, hábitos, etc.

La escuela y la familia son dos instituciones que deben trabajar conjuntamente para lograr el pleno desarrollo de la personalidad de los alumnos (intelectual, afectivo, moral, social, etc). Creo que estas dos instituciones se encuentran interrelacionadas y no pueden estar la una sin la otra. Si las familias delegan todo a la escuela o no trabajan en consonancia, la labor que ésta debe llevar a cabo es complicada, ya que debería tratar aspectos de socialización primaria. Por esta razón, es sumamente importante que exista complementariedad entre familia y escuela.

 
Es necesaria una participación de los padres y madres. Éstos son los responsables de la educación integral de sus hijos, teniendo la escuela por tanto una función de apoyo a esas familias. A través de esta colaboración entre unos y otros, se consigue compartir esfuerzos, intercambiar información y trabajar para que el sistema educativo se acerque al alumnado. De esta forma creo que se puede garantizar una evolución adecuada del proceso educativo. Al participar la familia, se produce una mejora en la calidad de educación de sus hijos. Esta calidad es necesario trabajarla abordando diferentes aspectos, es decir, estableciendo como van a ser las relaciones, así como los roles y las funciones que les corresponden a cada grupo.
No hay que olvidarse de que pueden existir ciertos problemas y dificultades a la hora de trabajar conjuntamente. La situación laboral de los padres hace que tengan poco tiempo para ayudar a sus hijos en la realización de tareas e incluso no pueden asistir a las reuniones con los maestros. También creo que la falta de motivación y formación puede hacer que las familias no participen en la gestión en los centros educativos y asuman por tanto un papel pasivo. Pueden pensar que no tienen cabida en la gestión participativa del colegio y que esta función solamente les corresponde a los maestros. Igualmente, pueden surgir conflictos entre el papel que desempeña la familia y el que llevan a cabo a los docentes. A veces se producen choques entre unos y otros, pues puede haber pensamientos distintos respecto al proceso de enseñanza y aprendizaje de los niños. Hay maestros que consideran la participación de los padres como una intromisión, cuestionando de esta forma su labor como docente. En general, puedo decir, que tanto padres como docentes carecen de una formación en la cultura de la participación.
 
A continuación, dejo un vídeo en el que aparece el presidente de CONCAPA. Éste nos dice que cuando los niños son pequeños, los padres están más en contacto con los maestros, pero a medida que sus hijos crecen, se produce cierto distanciamiento entre escuela y familia. Pero esto no debería ser así, ya que los padres y los maestros se suponen que tienen que ir juntos para conseguir así una mejor educación de los niños. Hay que destacar que esa organización ha solicitado que se dejen dos horas al trimestre para que los padres puedan ir al colegio y preguntar sobre el progreso de sus hijos.  Concluye diciendo que es fundamental que los padres tengan tiempo para sus hijos y les pregunten como les va en el colegio, ayudarles y apoyarles cuando las cosas no salen bien.
 
 

VÍDEO: RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA
 

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